domingo, 6 de noviembre de 2011

Todos los demás

Tarde lluviosa…
Caminar tranquilo. Lento. Del que a mí me gusta, saboreando cada paso y cada zancada.
Gotas acariciando mis mejillas y deslizándose por mi cuello.
Nariz fría y ojos entrecerrados para evitar las gotas que cuelgan de mi flequillo.
El paraguas en el bolso, está bien ahí.
Voy puntual y pienso
Y lo veo todo claro:
Nada está ni estará nunca claro.
Recordare sus ojos y su sabor a tabaco y Gin tonic.
Recordaré su tacto y su abrazo entre las sábanas.
Tampoco podré olvidar aquel banco.
Su manera de mirar el reloj.
Sus caricias y su falsa modestia.
Aquella manera de bailar.
Miradas de admiración y desprecio.
Sus palabras, nuestro grito
su sonrisa y sus piropos.
Su giño de ojos, su mano a escondidas…
Su gesto inocente y nuestras competiciones
Su cara tras la ventanilla.
Recordare todos y cada uno de esos detalles
Y de algunos me enamorare.
Y entre tanta gente, lo vi todo claro.
Nada estará nunca claro.
Quién sabe si mañana…

(Muchas gracias por estar ahí, al otro lado de la pantalla, celebarando conmigo mi entrada número 100) :)

2 comentarios:

  1. He descubierto por casualidad tu blog. Felicidades por la entrada número 100!! De momento he leído sólo esta y creo que me quedo paseando por aquí! :)

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  2. Gracias, me has hecho vibrar, emocionarme y si darme cuento me has dejado tocarte el corazón a través de tus palabras... estoy viviendo mi historia con ellas.

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Es mejor arrepentirse por lo que has dicho que por lo que no... :)