sábado, 15 de diciembre de 2012

Es bonito saber

Abre mucho los ojos. Abre la boca y no dice nada. Entonces, se gira hacia ella, que lo mira esperando su reacción. Desde que se ha dado cuenta de se que se lo iba a contar no le quita los ojos de encima. Tras esa expresión curiosa y divertida se preguntaba como reaccionaría él. Para ella había sido una sorpresa pero tras leer esas líneas de tinta y lágrimas las cosas habían perdido su nombre y sólo quedaba la esencia romántica de una aventura shakesperiana.
Tras cuatro meses de travesía se había quitado la máscara. Se había lanzado al vacío esperando que ellos la cogiesen al vuelo. Y ellos la cogen, con curiosidad acunan la historia y la absorben. La piensan, la meditan, rompiendo muros y abriendo nuevas puertas parecen redibujar a esa amiga. Añaden trazos y borran algunos matices. Es otra, pero saben que es la misma. Saben que los tres son los mismos y que la magia están en poder ser así, ser ellos mismos, siempre.
Y es bonito saber que están allí para hacer una pregunta, dar un abrazo y quererla como es.


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