domingo, 8 de diciembre de 2013

Escribirá que lloró

Pasos lentos sobre la acera congelada. Huele a frío y a invierno. Una pareja baila abrazada en su salón desde lo alto de una película. En las novelas de culto hay demasiados personajes y nunca sabes quién es el bueno. Mientras, bajo las mantas, parece no pasar el tiempo y se ha secado la tinta.

Siempre decía que escribía por necesidad ¿sabes? Escribía para traducir aquellas lágrimas a tinta y disolver sus sonrisas con acuarelas de colores. Escribía para que todo tuviera sentido. Ahora, ahora ha dejado de escribir. Se le han roto las alas y todos sus bolis están gastados. Y así, nada tiene sentido.

Muchos caminos y muy pocas señales cuando todo cambia demasiado rápido. Siempre escuchó que del amor al odio hay un paso y por eso no se atreve a andar, a dar ese paso que podría llevarla a cualquier parte.Lo quería todo de la vida y pidió mucho. Pidió tanto que ahora solamente pide perdón y permiso. Después de todo, sigue siendo una niña a la que sólo le han crecido los miedos, ni siquiera un fueguito o una suave volada de viento.

Sólo cree que, algún día, cuando ni siquiera ella lo espere, las teclas se moverán solas y la tinta correrá bajo su pluma veloz e imparable. Así, ella podrá entender lo que está pasando ahora y si tiene que llorar, escribirá que lloró.

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