miércoles, 16 de febrero de 2011
Las cuerdas de la guitarra
Cuando sus dedos se pasean delicados por las cuerdas de la guitarra mis sentimientos bailan descontrolados. A modo de marioneta él es capaz de accionar el mecanismo de mi sonrisa con sus notas. Su voz, su letra, su expresión concentrada, su mirada profunda... no puedo dejar de verlo en mi cabeza. Lo imagino hablándome sin parar en esa lengua que no acierto a comprender del todo pero que de su boca suena suave y melodiosa. Tengo ganas de cantar con él, de conocerlo, de darle un beso...
Un susurro sobre:
mi cabeza y mis sueños,
personas
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Una guitarra es un gran arma de seducción masiva...
ResponderEliminaracordes que llegan donde las personas menos se imaginan. Algo así como el hipnotismo.
ResponderEliminarUn abrazo,
Alejo
Y es que hay poquitas cosas que transmitan tanto como la música...
ResponderEliminarPrecioso blog!
: )
sé que en realidad me escuchas cuando te toco desde lejos la guitarra... jajaja
ResponderEliminarQue bonito :)
ResponderEliminarDicen que la música es el lenguaje del alma :)
ResponderEliminarme encanta, te sigo.
siempre he sentido una envidia sana y un poco de celos por las personas que saben tocar la guitarra dulcemente y que dulcemente comparten esos acordes, sonido melódico para nuestro sentido auditivo
ResponderEliminarun saludo
¡Pues sí! Qué ilusión que alguien conozca a Lilith :)
ResponderEliminarEn mi antiguo colegio de "hermanos" eran un poco reservados en estos temas y me encontré con su historia por casualidad. Me pareció preciosa.
Un besazo.