- ¿Te ha visto alguien?
- Sí, me han preguntado, pero les he dicho que ya me iba a casa.
- ¿Deberíamos contárselo?
- Tal vez… aunque no me gustaría hacerle daño a nadie.
- Ya…
Él la besó suavemente aspirando esas últimas palabras. Qué importaban los demás. ¿Qué les iban a decir?... ¿les contarían lo de los besos? ¿Lo de los paseos? Tal vez entonces deberían buscarle un nombre a todo aquello. No. Era mucho mejor así.
Dejarse llevar suena demasiado bien…
suena bien eso que cuentas...
ResponderEliminar:)
no soy partidaria de ponerle nombre a las cosas tampoco. Las cosas "en secreto" tienen su encanto, además.
ResponderEliminarUhmmmmmm!!! a mi me gustan ese tipo de secretos de dos!
ResponderEliminarbesitos
uyuyuiiiiii nouvelles?
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