-¿Quién dice que los amores más largos son los mejores?- se decía en voz baja a si misma.
Totalmente absorta trataba de convencerse mientras arrastraba su enorme maleta por el aeropuerto. Una maleta demasiado pesada. Una maleta llena de recuerdos y de despedidas, una tras otra siempre ahogadas en lágrimas y vacío. Demasiados motivos para girarse, girarse, ver su sonrisa y perder(se) un avión.
Recuerda que si coges el avión siempre puedes volver a coger otro ;)
ResponderEliminarPor cierto me encanta el nuevo diseño de tu blog, señorita rêveuse