jueves, 9 de diciembre de 2010
Solos
Todavía recuerdo el calor de tu cuerpo, la dureza y la suavidad de tu abrazo. Yo dentro de tus ojos, tu dentro de los míos: no existía nada más. Solos tú y yo, en medio de... ¿en medio de qué? ya ni siquiera lo recuerdo. Tu abrazo me envolvía y me invitaba a juguetear con tu pelo, con tu sonrisa, contigo. Ahora ya todo es distinto. Aquella fue tal vez la primera y la última vez que estuvimos solos. Ahora ya todo es distinto, tú y yo también somos distintos. Hemos cambiado los dos. Ahora hay más gente. Ya no estamos solos.
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¡Qué alegría vivir en los pronombres!
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